Boletín informativo de la Académia de Juristas de México

miércoles, 4 de julio de 2007

LA PRIMERA CAUSA DE MUERTE EN ESPAÑA




Por Santiago Milans Del Bosch y Jordán De Urríes *



Según datos oficiales acabados de hacer públicos por el INE y el Ministerio del Interior, los fallecidos en España por suicidio han superado a los de los accidentes en carretera (3.332 en 2005). Las estadísticas discriminan los datos por autonomías, enfermedades y sexos. Tras un análisis de las enfermedades mortales se concluye que la primera de éstas es la cardiovascular, a la que se cataloga como primera causa de muerte en España, junto a las isquemias del corazón.


Pero la conclusión es absolutamente falsa, ya que omite los datos aportados por el Ministerio de Sanidad: en 2006 han muerto -se han liquidado "legalmente"- 100.000 -sí, CIEN MIL- niños y niñas, cuando todavía estaban en el seno de su madre. La cifra se queda corta, ya que se refiere a abortos "quirúrgicos declarados" -la mayoría de las mujeres que han abortado lo niegan (matar a un niño no nacido es muy doloroso para la conciencia de la madre)- y no se cuentan los de la píldora del día después. De las estadísticas del horror, se observa que la práctica totalidad de los abortos se deben a "motivos de salud psíquica de la madre" según informe facultativo, que en la mayoría de los casos ya está rellenado y firmado de antemano, pendiente sólo de poner el nombre de la madre, una vez "pase por caja". Toda una tapadera para esconder la realidad del aborto libre en España, en donde la vida del feto, pese a lo que dice la ley y el Constitucional, carece de toda protección. Los programas de contenido erótico aparentemente dirigidos a "evitar el aborto" (educación sexual, distribución de anticonceptivos y abortivos químicos a menores, sexo seguro, etc.) que nos invaden son, sin duda, la causa que ha llevado a un aumento constante este crimen legalizado en el que el feto es despedazado, envenenado o succionado dentro del útero, excepto que supere las 21 semanas de gestación, en cuyo caso se practica a la madre una cesárea, extrayéndolo vivo para dejarle morir. No se les ahorca ni mata en silla eléctrica. Por eso no se da publicidad a la muerte de estos pequeños insignificantes.


Esto nada se aparta de los horrores del nazismo y del estalinismo, con el agravante de que, para mayor hipocresía, la nuestra tipifica el delito de aborto y se autocalifica y presume de civilización progresista y democrática. Tras veinte años de aprobarse la ley que lo despenalizaba en ciertos supuestos, en España se han cometido casi un millón de abortos quirúrgicos, se ha quitado la vida a casi un millón de seres inocentes e indefensos. Nada más parecido al totalitarismo, donde el más fuerte impone su ley sobre el más débil. Proteger al más débil e indefenso del género humano y apoyar a sus madres, en la búsqueda de alternativas, es mucho más progre y eficaz que, para evitar las muertes en carretera, detraer puntos por exceso de velocidad.



* El autor es Jurista, Magistrado Fiscal y columnista en diversos medios de comunicación Español e Hispanoamericano.